Il contagio


Rosetta Records 30/01/2019 CD (8435383642103)
Película Estreno de película: 2017
 

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# Pista   Duración
1.Cántico5:13
2.Danza del contagio3:58
3.Il Contagio Quartetto1:53
4.Il contagio2:32
5.Il suicidio di Valeria3:01
6.Inagurazione della renova Quartetto2:39
7.La lapidazione di Marcello2:15
8.La mano del dolore6:34
9.L’ossessione del contagio2:36
10.Mauro e Marcello2:59
11.Quarticciolo4:02
12.Requiem aeternam complete3:03
13.Requiem aeternam2:43
14.Roma per me ‘questa6:47
15.Tema di Maecello3:26
16.Tre anni dopo1:02
17.Tre anii dopo extended versión2:43
 57:25
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Il Contagio

Agregada en Jueves, 17 Enero, 2019  

Il Contagio

En contadas ocasiones se puede hallar esta palabra solapada al ideario musical de un compositor. A lo largo de la historia de la música han acontecido algunos episodios que dibujan con arrogancia el contorno emocional de tan anhelado concepto; acontecimientos que otrora sellaron sobremanera, no solo la forma de escribir y componer, sino también el modo de estructurar la propia escena (arte como representación) en la que se desarrollaban las Schubertiadas. Es sabido que en otra época, algunos individuos, cuya naturaleza estaba impregnada del romántico espíritu de Werther, quedaban seducidos (algunos llegaban a sufrir desmayos) por las sentidas melodías que brotaban de los dedos de los intérpretes. La seducción (palabra de Ovidio), no solo atañe a un estado apasionado, como ocurre en la obra de Goethe, sino que también alude a la música como vehículo de esa manifestación que habita en los pentagramas de un buen puñado de obras musicales.

La Seduzione

En contadas ocasiones se puede hallar esta palabra solapada al ideario musical de un compositor. A lo largo de la historia de la música han acontecido algunos episodios que dibujan con arrogancia el contorno emocional de tan anhelado concepto; acontecimientos que otrora sellaron sobremanera, no solo la forma de escribir y componer, sino también el modo de estructurar la propia escena (arte como representación) en la que se desarrollaban las Schubertiadas. Es sabido que en otra época, algunos individuos, cuya naturaleza estaba impregnada del romántico espíritu de Werther, quedaban seducidos (algunos llegaban a sufrir desmayos) por las sentidas melodías que brotaban de los dedos de los intérpretes. La seducción (palabra de Ovidio), no solo atañe a un estado apasionado, como ocurre en la obra de Goethe, sino que también alude a la música como vehículo de esa manifestación que habita en los pentagramas de un buen puñado de obras musicales. En este orden de cosas se circunscribe la música del compositor Paolo Vivaldi (Exodus – il sogno di Ada; Il Permesso; Luisa Spagnoli, etc.), quizá, el último seductor del cine transalpino. Paolo, insigne romano de estilizado trazo, sigue la estela que dejaron orfebres tan destacados como Rota, Piovani, Frisina, Werba, y sobre todo, Morricone, el gran seductor de la cinematografía italiana. Aludir a esta característica de la música vivaldiana para explicar este acto emocional que bebe de las ideas de Kierkegaard y Fromm, es necesario para dirimir las numerosas connotaciones que le otorgan a la obra del romano ese halo tan atractivo y característico que la hace ser diferente. Más allá de cualquier explicación baladí que poco o nada importa al ser impresionable, la obra de Paolo, delicada y sutil, se desarrolla a través de la melodía como primer motor de su propia idiosincrasia. Por tanto, hablar de la seduzione en la obra de Vivaldi es condición sine qua non para entender la profundidad que anida en el interior de sus armonías…

Seducir a través del verso es un arte que el poeta y activista cubano Nicolás Guillén, abanderado del vanguardismo mestizo, supo expresar con claridad en su poema Alma música:

Tengo el alma hecha ritmo y armonía;
todo en mi ser es música y es canto,
desde el réquiem tristísimo de llanto
hasta el trino triunfal de la alegría.

Versos que conectan con la música que Vivaldi compone para esta producción italiana dirigida por Matteo Botugno y Daniele Coluccini en la que, el amor, la esperanza, lo trágico y lo cómico, dialogan entre sí concediendo al verso del poeta todo el protagonismo de la historia. La música transforma las vidas de los personajes provocando que el espectador quede atrapado en la tela de araña que el músico teje a través de su sedosa caligrafía; y es que: Todo en mi ser es música y es canto… palabras, henchidas de pasión y verdad, que cantan al ritmo que marcan las melodías que brotan de los pentagramas de este sincero aedo. Aunque la película muestra la parte más visceral de los protagonistas (sin justificación o remordimiento), la música se abre camino entre tanta violencia para dibujar la angustia que anida en la desesperanza y el tormento. Paolo construye un discurso tan bello como sentido que versa sobre los estados de ánimo que definen a los personajes que buscan entre el caos de la urbe su propia identidad. Su afligida música es el contrapunto a los numerosos interrogantes que plantea la trama y que dan sentido a las vidas cotidianas de los individuos. Más allá de los versos de Guillén, la música de Vivaldi conecta con la parte emocional del ser humano provocando que las palabras y las ideas que otros erigieron queden seducidas por la melodía vivaldiana…

Y ya de nuevo en el astral camino
concretará sus ansias de armonía
en la cascada de una sinfonía,
o en la alegría musical de un trino.
La seduzione

Antonio Pardo Larrosa


Más información en: Rosetta Records



Trailer:





Otras versiones de Il contagio (2017):

Contagio, Il (2019)


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