Otros Mundos


Rosetta Records 15/06/2018 CD
Rosetta Records 20/06/2018 Descarga
 

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# Pista   Duración
1.A Child's Discovery1:31
2.A New Sighting1:24
3.Alfonso VIII-A Message From The Virgin3:03
4.Alfonso VIII-Breaking Into The Mystery3:03
5.Discovering New Worlds1:18
6.Erase Una Vez Javier1:47
7.Fatima's Miracle-Attack Against The Pope1:05
8.Fatima's Miracle-Her Last Will2:19
9.Fatima's Miracle-Lot Of Questions0:57
10.Fatima's Miracle-Suspension2:13
11.Fatima's Miracle-The Miracle1:36
12.Fatima's Miracle-Arriving To Formigao3:29
13.Fatima's Miracle-The Miracle In Their Eyes0:49
14.In This World2:22
15.La Batalla De Las Navas De Tolosa3:30
16.Little Green Men7:33
17.Munaiz Theme3:51
18.Navas De Tolosa2:57
19.Opening Otros Mundos (Con Daniel Rodrigo)0:54
20.Otros Mundos Main Theme1:27
21.Space Travel4:51
22.Sweet Childhood2:05
23.The Boy And The Bull3:01
24.The Miracle We Need1:32
25.Through A New View1:49
26.Wonderful Things2:05
 62:31
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Rosetta edita 'Otros Mundos' de Carlos M. Jara

Agregada en Martes, 05 Junio, 2018  

Rosetta edita 'Otros Mundos' de Carlos M. Jara

Una nueva edición de Rosetta a tener muy en cuenta

Una música de Otro Mundo

¿Qué tienen en común la decisiva batalla de las Navas de Tolosa, la vida de un capitán del Ejército del Aire español destinado a investigar ovnis en Canarias en los años setenta o la montaña de Montserrat? Desde las navidades de 2017 la respuesta a esa pregunta es “Otros Mundos”. Bajo ese nombre –y durante seis semanas consecutivas- el canal de televisión de pago #0, de Movistar+, estrenó la serie que Alfonso Cortés-Cavanillas y yo dirigimos para la pequeña pantalla.

Desde el primer momento, nuestra idea fue aproximarnos a los grandes enigmas a los que se enfrenta nuestra especie desde la perspectiva de un Javier Sierra niño, que empezó a maravillarse por esos interrogantes desde que tuvo uso de razón.

La serie que logramos armar resultó autobiográfica hasta en los menores detalles. Yo fui, como se pudo ver en la pantalla, un niño precoz. Comencé a recortar del periódico que mi padre llevaba casi todos los días a casa las noticias sobre “platillos volantes”, “monstruos en lagos” o el “triángulo de las Bermudas”, y no tardé en canalizar aquellas inquietudes a través de un programa de radio infantil en el que, con solo doce años, comencé a trabajar cada sábado por la mañana.

Fue allí, en mi Teruel natal, en una habitación sin ventanas de la emisora, donde tropecé por primera vez con una discoteca. Apilados en unas estanterías blancas que me parecieron infinitas, descansaban miles de LPs y singles –de vinilo, claro-, aguardando a que alguien los pinchara. Una de mis primeras tareas fue la de encontrar y clasificar los discos de temática infantil que hubiera allí. El proceso se alargó más de lo previsto. A medida que repasaba las baldas iba tropezando con portadas a cada cual más llamativas. Un ojo de Horus sobre un fondo verde me hizo descubrir a The Alan Parsons Project. Un planeta tierra descarnado, en el que se asomaba un cráneo humano colosal que me miraba desde sus cuencas vacías, me abocó a escuchar a Jean-Michel Jarre. Mientras, varias baldas más allá, las portadas estrafalarias de Mike Oldfield o Vangelis, me arrastraron a un tipo de música que obligaba a mirar hacia arriba. A las estrellas.

Aún tendrían que pasar algunos años para que esas músicas se convirtieran en la banda sonora de mis noches de radio, Veladas en las que pedía a los oyentes que vigilaran los cielos en busca de cualquier luz anómala que los cruzara. El caso es que, acompañado de aquellos acordes, leí algunos de los mejores libros de aquella etapa de mi vida. Los tres primeros Caballos de Troya de J. J. Benítez, El nombre de la rosa de Umberto Eco o El ocho de Katherine Neville se instalaron en mis neuronas con la misma facilidad que Oxigène, Tales of mystery and imagination o Songs of distant Earth.

Lo que se graba en la adolescencia en el cerebro humano no se borra jamás. Por eso, al repasar aquellos años para plasmarlos en “Otros Mundos”, la fuerza de esos vinilos brotó con fuerza desde las sombras de la década de los ochenta.

Pero Alfonso Cortés y yo supimos desde el principio que el uso de aquella música no iba a ser suficiente.

Para el montaje final de “Otros Mundos” necesitábamos una banda sonora que amalgamara cada una de las escenas y que convirtiera en natural el tránsito de la explicación de las Navas de Tolosa a la aparición de un ovni pintado sobre el altar de Santa Bárbara de la catedral de Cuenca. No era una misión fácil. Requería no solo de talento musical, sino de un arrojo poco común y un imprescindible buen gusto.

La misión se encomendó a Carlos Martín, que compuso una formidable soundtrack para orquesta, que él mismo dirigiría después guiado por los primeros montajes de cada capítulo. Lo cierto es que recuerdo aquellos días con emoción. La espera de las versiones sonorizadas de los episodios para ajustar el guión de la voz en off y mi locución final, se hacía insoportable. Intuía que el trabajo de Carlos iba a ser formidable, pero lo que de ninguna manera pude suponer es que iba a adaptarse con tanta delicadeza al espíritu de cada una de las partes de la serie.

La reacción de los espectadores –cuando finalmente la serie se estrenó en #0 el 20 de diciembre de 2017- fue unánime. No solo aplaudieron el concepto de “Otros Mundos” sino también su música. Los mensajes en redes sociales pidiendo orientación sobre dónde podían escuchar su banda sonora se multiplicaron en las semanas siguientes, dejando claro lo que yo ya había vislumbrado al trabajar sobre la serie: Carlos Martín lo había conseguido.

Hoy las melodías que subyacen en esos seis capítulos iniciales pueden presumir de un raro mérito. De algún modo, han logrado abrirse un hueco en las estanterías –mentales y digitales- que ocupan en mi memoria los genios que me arrebataron en aquel cuarto oscuro de Radio Heraldo, cuando soñaba con contarle los grandes misterios al mundo.

- Rosetta Records: Javier Sierra (Escritor) Premio Planeta, 2017 -

The Other Side
Las creencias y supersticiones del hombre se alimentan de un sinfín de imágenes que durante siglos han dado forma al mapa sensorial de aquello que llamamos humanidad. Ya sea como concepto o como realidad esa parte mística del homo sapiens (mystikós, etimología de misterio) le ha llevado a creer de un modo unilateral en ciertas cosas que en la mayoría de las ocasiones escapan a la razón; leviatán de férreos ideales que ahuyenta a la imaginación y a la esperanza, anverso y reverso del infatigable arqueólogo que busca más allá de lo conocido. Esa incansable búsqueda de polvo y arena bien podría ser la metáfora que aúna en su propio desarrollo una parte que por su naturaleza racional y analítica se muestra clara y diáfana al otro; y otra, más emocional e intuitiva que siempre permanece oculta. Por tanto, la expresión The Other Side es la imagen perfecta para describir esa parte de la realidad que el hombre imagina asumiendo que su veracidad siempre va a quedar en entredicho, ora por la mezquindad de unos cuantos, ora por las lapidarias sentencias de otros muchos. Sea como fuere, esta expresión u otras parecidas, como la de Otros Mundos, sueño filosófico del que otrora pensó en la diferencia, arremeten con violencia sobre la curiosa mirada del hombre de nuestro tiempo, insigne protagonista de una historia de película.
En esta tesitura se desarrolla la serie Otros Mundos, programa en 6 capítulos ideado por el escritor Javier Sierra, adalid de esa nave del misterio que surca los otros espacios… Para el escritor esta serie es: “un proyecto largamente acariciado en el que hemos puesto mucho cariño. Siempre he pensado que la mejor manera de transmitir un mensaje es a través de las herramientas de la ficción, este enfoque me sirve a la hora de escribir y ahora ha dado como resultado un formato nuevo de hacer televisión”. En esta nueva aventura audiovisual narrada en primera persona el escritor repasa, no solo su propia biografía, sino también algunos de los grandes misterios de la Humanidad. La batalla de las naves de Tolosa, los misterios de Fátima o las experiencias con los extraterrestres son algunas de las historias que de un modo autobiográfico quedan recogidas por la mística pluma del literato turolense.
Uno de los grandes aciertos de este proyecto audiovisual ha sido contar con la participación del compositor Carlos Martín (The Colors of Evil, Peck Pocketed, The Noble King), autor de un fantástico trabajo sinfónico que aglutina entres sus eclécticos pentagramas el complicado ideario musical que da sentido y forma a las historias hilvanadas por el escritor de la serie. Ideada sobre una heterogénea sucesión de leitmotivs de gran calado narrativo (esencia del discurso cinematográfico), la música compuesta por Carlos recorre con inteligencia las distintas historias que conducen al protagonista a descubrir desde la infancia los Otros Mundos…Ya desde la obertura (A Child´s discovery) queda patente que el músico va a desarrollar una partitura que bebe de las fuentes del sinfonismo americano consiguiendo que sus melodías impregnen las imágenes de un halo sobrenatural que se solapa a la esencia de la propia serie. Las melodías, contundentes y efectistas, se suceden una tras otra creando ese mágico lugar donde el misterio tiene su razón de ser; pórtico a un mundo de luces y sombras por el que transitan de la mano el chelo y el piano; anónimos confesores del misterio que rodea a las apariciones marianas de Fátima. La música, delicada y pueril (The Miracle) envuelve los milagros entre paños de sal y palmas de rocío; diálogo musical que fluye sobre la fe incondicional que los creyentes depositan en algo sobrenatural. Entre el redoble del tambor y la beligerancia de los vientos Carlos teje una marcial melodía que describe lo acontecido en la batalla de Las Navas de Tolosa (batalla de Al-Uqab), ejemplo de la enorme versatilidad del compositor que en un alarde de contundencia orquestal crea un soberbio cuadro musical. Ahora bien, más allá de los milagros, los hechos históricos o los grandes enigmas de la antigüedad, Otros Mundos es un ejercicio autobiográfico que se desarrolla a través de la inocencia como leitmotiv principal de la historia; y es que ese es el autentico milagro que necesita este mundo para recuperar la curiosidad que hace que todo parezca real allí donde nada se muestra. Carlos Martín teje una delicada plegaria (The Miracle we need) que huele a pedregales y atardeceres; estampas de esta España tan nuestra que un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor cruzó, junto a su fiel escudero Sancho Panza, en busca de un misterio llamado ínsula… porque como muy bien dice Javier Sierra: La clave es abrir la mente para dejar que la Otra Cara de las cosas se muestre tal y como es en un acto de fe que se descubre gracias a la música compuesta por Carlos Martín, catalizadora de las emociones vertidas sobre los fotogramas que componen Otros Mundos.
Recuerden ustedes su nombre; háganlo, porque dentro de muy poco oiremos como los rapsodas cantaran las grandes hazañas de Carlos Martín…

“A veces creo que hay vida en otros planetas, y a veces creo que no.

En cualquiera de los dos casos la conclusión es asombrosa”
Carl Sagan
- Rosetta Records -



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